Don Mariano José

Don Mariano José de Ibargüengoitia y Zuloaga (1815-1888)

Sacerdote diocesano y director espiritual de las Siervas de Jesús

Nació en Bilbao el 8 de septiembre de 1815, en el seno de una familia relacionada con el comercio marítimo de la Villa.  Recibió una educación esmerada en un ambiente de profunda religiosidad.   Tiene sólo dos años cuando fallece su padre y será su madre la que sostenga la unidad familiar.   

Cuando todo hacía presagiar que seguiría la tradición comercial que le ofrecía un futuro prometedor, él expresa su deseo de ser sacerdote: “el comercio que quiero entender es el de salvar mi alma”. Recibe la ordenación presbiteral en la basílica romana de San Juan de Letrán el 18 de abril de 1840.

A su vuelta a Bilbao ejerce el ministerio primero en la parroquia de San Antonio Abad y desde 1873 en la basílica de Santiago Apóstol (hoy Iglesia Catedral).

Su mirada de misericordia le descubre las necesidades más urgentes de una ciudad en el albor del desarrollo industrial y despegue económico: prostitución en las calles, jóvenes huérfanas sin atención, enfermos solos en sus casas, situación precaria de los obreros, pobres que necesitan lo más urgente para sobrevivir, encarcelados…

Será constante su empeño en promover la fundación de comunidades religiosas. : en 1857 tramita la llegada a Bilbao de las Religiosas de Nuestra Señora del Refugio, para la rehabilitación de las mujeres que habían caído en la prostitución y dos años después se interesa por la venida de las Religiosas de la Cruz. En 1871 promueve la fundación del colegio de las Carmelitas de la Caridad en Zumaya (Guipúzcoa), en 1878 llama a las mismas religiosas para abrir otra escuela en Deusto y en 1879 ayuda a los Pasionistas. 

A partir de 1871 colaboró decisivamente con Santa María Josefa del Corazón de Jesús (1842-1912) en la fundación de la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad, siendo el director espiritual de la misma.

Murió el 31 de enero de 1888 en Bilbao, y los testimonios de quienes lo conocieron proclaman su fama de santidad: “Esforcémonos todos para que el honrado y apostólico nombre de don Mariano José de Ibargüengoitia no se eclipse nunca y que su memoria nos sirva a todos de estímulo y aliciente para ejercitar el bien”.

Reliquias de Don Mariano

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