Madre Martina Espinal, Superiora General, ha comunicado a la Congregación en carta circular el sorprendente hallazgo. Dice así:
Como saben y es por todas conocido, en la carta circular que nuestra Santa Madre dirige a las comunidades con motivo del fallecimiento de D. Mariano José, con fecha del 10 de febrero de 1888, escribe: “Toda su ropa ha pedido el público para reliquias; nosotras nos hemos quedado con la sábana que tenía en su cama, un solideo, media sotana y la venda que llevaba en la pierna cuando murió”.
Durante el proceso diocesano del Siervo de Dios, algunas hermanas mayores hicieron mención de esas reliquias en sus testimonios, manifestando haber visto unos baúles que las contenían. Más tarde se perdió el rastro de esos baúles y las obras que se realizaron en la Casa Madre y el cambio de la Curia General volvieron aún más difícil su localización, por más que se buscaron. Y después de este breve relato, ya imaginan la mejor de las noticias: