Mi alma canta agradecida al Corazón de Cristo porque se ha fijado en su sierva, me ha seducido con su amor y me ha vestido el traje de la caridad para ser siempre su esposa.
Sólo quiero proclamar su bondad, cantar sus misericordias, pasar por la vida sembrando esperanza, atraer a muchos a servir al Amor.
El Señor se complace en el humilde, socorre al abatido, sostiene al que no puede más porque es eterna su Misericordia.
Siempre viviré con el Señor y desde el cielo atraeré bendiciones a los que me invoquen. Les llevaré el consuelo de su Corazón porque así lo aprendí de Cristo, salud de los enfermos.
Amén.